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Los humanos no sabemos avanzar sin dejar algo atrás

Como seres humanos, tendemos a luchar por lo que es importante para nosotros

Dejar ir no es únicamente un ejercicio de liberación de aspectos negativos como el resentimiento o el dolor. También implica soltar cosas que, aunque positivas en su momento, ya no contribuyen a nuestro crecimiento. Esto puede incluir: abandonar hábitos que ya no te benefician, relaciones que te limitan, formas de pensar que te bloquean, expectativas poco realistas u objetos que ocupan un espacio innecesario en tu vida.


Entender Que Quieres o Mereces Más

Aferrarse a cosas, pensamientos o personas que ya no están accesibles puede ser perjudicial para nuestro bienestar. Nos atrapa en las reminiscencias de nuestro pasado y nos impide reconocer y valorar lo que poseemos actualmente. Al soltar, no solo liberamos espacio en nuestras vidas, sino que también abrimos la puerta a nuevas oportunidades y experiencias.


Cuanto más nos entendemos a nosotros mismos, más apreciamos nuestra propia identidad

La percepción de nosotros mismos a menudo está influenciada por nuestras relaciones, experiencias, normas sociales, familia, creencias internas, salud física o mental, ambiente o logros y fracasos. Por ejemplo, si te identificas fuertemente con una relación específica, su final puede alterar tu sentido de identidad, al reconocer cómo estas relaciones afectan nuestra autopercepción es un paso crucial para aprender a dejar ir y seguir adelante.


Apreciar a la persona que soy hoy

Para seguir adelante, es esencial valorar la persona que somos en el presente y dejar atrás el resentimiento que nos limita. Nos aferramos al miedo, al enojo o a la culpa, pensando que el daño que sufrimos fue causado intencionalmente por otros con el propósito de hacernos daño (Malle, Guglielmo, & Monroe, 2014). Sin embargo, atribuir culpa a alguien supone que entendemos sus intenciones, lo cual es en realidad inalcanzable. Al mantener el rencor, nos quedamos atrapados en la ilusión de que los demás deberían haber actuado de otra manera, en lugar de aprender a ajustar nuestro propio comportamiento para lograr los resultados que deseamos en el futuro. Valorar nuestra propia identidad y liberar el resentimiento nos permite avanzar, concentrándonos en nuestro crecimiento y adaptación.


Cosas por las que pedir perdón: todo el dolor que nos causamos, todo por lo que te culpe, todo lo que necesite que fueras, lo siento


El arte de dejar ir

Quizás la flexibilidad es más compleja de lo que pensamos, porque dejar ir requiere no solo coraje, sino un profundo conocimiento de uno mismo

1. Estar Listo para Dejar Ir

El primer paso para soltar es estar verdaderamente listo para hacerlo. Este puede ser un proceso de reflexión y aceptación donde decides si es momento de dejar algo atrás o si quieres trabajar en resolverlo si es necesario.


2. Examinar Qué Te Está Impidiendo Soltar

Analiza los factores que te están frenando. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué te impide soltar? 


3. Desarrolla tu Plan para Soltar

Al desarrollar un plan para soltar, podrías considerar los siguientes tips:

  • Observa la Resistencia: Presta atención a cualquier resistencia que sientas al soltar. ¿Qué revela esto sobre tu identidad, deseos o necesidades?

  • Examina tus Patrones: Reflexiona sobre si te cuesta soltar con frecuencia o si hay personas o cosas específicas que encuentras particularmente difíciles de dejar ir. Analizar estos patrones puede ayudarte a comprender cómo te están beneficiando o perjudicando.

  • Reconoce la realidad y las expectativas: Aceptar y estar dispuesto a ajustar tus expectativas a la realidad puede facilitar el proceso de soltar y ayudarte a avanzar con mayor facilidad.



Dejar ir, es dejar ir

El arte de dejar ir es una práctica continua de soltar comportamientos, creencias y relaciones que ya no contribuyen a nuestro bienestar. Este proceso implica reconocer y despedirse de lo que nos pesa, sin que necesariamente signifique una separación total de todo lo relacionado con ello.


Por ejemplo, concluir malos hábitos como el alcoholismo no significa que nunca más podrás disfrutar de una copa de vino, sino que se trata de abandonar el comportamiento dañino que lo acompaña o de manera similar, en las relaciones, dejar ir comportamientos destructivos no implica necesariamente cortar todo vínculo con la otra persona, sino liberarse de las dinámicas tóxicas que afectan la relación. Si las malas dinámicas persisten y no hay solución, puede que lo funcional sea dejar la relación por completo.


Al dejar ir, abrimos espacio para el crecimiento y la renovación. Dejar ir, entonces, se convierte en un acto de liberación y autoafirmación, permitiéndonos avanzar con mayor claridad y propósito hacia un bienestar auténtico y duradero.


Casi siempre lo que se deja atrás es lo que más cuesta cargar


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A través de la reflexión cristales rotos

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Soy una escritora apasionada por explorar las complejidades de la experiencia humana en un mundo lleno de incertidumbre. A través de mis ensayos, te invito a reflexionar sobre la vida y sus paradojas.

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